Sara es otra inocente que un día tuvo familia y por circunstancias su vida se ha truncado y ahora vive en una jaula.

No la conocemos demasiado  ya que es una de las recién entradas que por desgracia no cesan.

Aún la vemos desubicada y nerviosa, durante el paseo va buscando y aunque en un primer momento no parece que busque problemas, hay que tratarla con calma ya que enseguida se acelera. Aunque es cierto que no ha mostrado ningún mal gesto y  es obediente. Se la ve una perrita sensible que en algunos momentos se asusta un poco, pero hay que entender que todo es nuevo para ella y la protectora resulta un lugar inhóspito cuando vienen de una casa. En la jaula suele estar tranquila, pendiente de cuando le toca el paseo y de quién se acerca para saludarla.

Esperemos que alguien se fije en ella muy pronto y no tenga que pasar mucho tiempo entre rejas, y que estar aquí no haga mella en ella.

Cabe decir que cuando vengáis a la protectora a conocer a nuestros perros es importante no quedarse con la primera impresión que a veces no es fiable, ya que  en el entorno estresante de la protectora los perretes suelen salir algo nerviosos y es recomendable venir a conocerlos tantas veces como haga falta para conocerlos mejor y con más calma y  adoptar  completamente seguros.